A TRABAJAR

A TRABAJAR
Mi estupendo taller-cocina

Buscar este blog

lunes, 15 de agosto de 2011

EL GRAMIL, UNA NUEVA HERRAMIENTA PARA EL TALLER-COCINA

Ya llevo unos días liado con la cocina de casa, trabajo que mostraré cuando está acabada para ánimo de indecisos, pero he sufrido un inesperado parón en fin de semana que me ha obligado a suspender el proyecto hasta el martes que vuelve a abrir mi almacén preferido tras sus vacaciones.

Así las cosas, he optado por probar con esta herramienta de marcaje, aceptando la invitación y los consejos de mi colega en la red Enrique Mario Kovacevic "el Carpintero del Pueblo", para intentar fabricar algo razonablemente preciso y fácil de usar.


Estas son las herramientas que he usado.   Escuadra y lápiz para marcar los trazos, formón y maza de madera (casera donde las haya) y un cepillo que me prestó hace algún tiempo mi amigo Luis (un asesor bastante manitas al que aprovecho la ocasión para darle las gracias por tan amable préstamo).    Esta última herramienta no resulta imprescindible si el material con el que se trabaja está en unas condiciones razonables.
En cuanto al material necesario es el que se ve.   Un rectángulo algo grueso de madera (preferiblemente dura) y un listón, al que se añadirá una punta que será la encargada de hacer los trazos cuando marquemos.

En el rectángulo marcaremos con la escuadra el contorno del listón, para después hacer el vaciado del mismo con el formón cuidando de no sobrepasar las medidas para que no quede demasiado suelto una vez introducido.

Aquí se puede ver además un rebaje que le he practicado para apoyar el pulgar, lo que ayudará en el control de la herramienta.   En cuanto a la fijación del listón, queda encomendada a un pomo roscado y a una tuerca de embutir en la parte superior del gramil.

En cuanto al cambio de color se trata de un barniz-tinte.  No le hace ninguna falta, pero acabé enseguida el trabajo y me quedaba tarde por delante.   De todos modos, me gusta más así.



Por si acaso no tienes claro qué es una tuerca de embutir, las que yo suelo usar son éstas que ves.   Tienen una rosca exterior para fijarla a la madera (a la que hay que hacerle un taladro previo con una broca de diámetro algo menor que el de la rosca exterior) y otra rosca interior de métrica para poder introducir en ella el tornillo que corresponda.


Esta es la vista del conjunto ya montado.


En esta otra toma, se puede apreciar la punta que será la encargada del marcaje (un simple clavo de acero).

Aquí se puede observar la utilidad de la muesca practicada, de cara a facilitar el uso de esta sencilla pero útil herramienta de marcaje.

Por cierto, además de gratificante, ha resultado de lo más económica, pues la madera corresponde a retales sin uso que tenía por casa, por lo que sólo he tenido que adquirir los elementos metálicos.   En total 80 céntimos de euro, toda una inversión para convertir en divertida lo que parecía que iba a ser una aburrida tarde de viernes).








miércoles, 10 de agosto de 2011

SOPORTE PARA EL NAVEGADOR

Cada uno conoce sus limitaciones, y una de las mías es que conduciendo me oriento bastante mal.   Por suerte, la técnica avanza muy deprisa y últimamente se han puesto de moda estos aparatos que, si bien en ocasiones no son muy eficientes, si que resultan tremendamente eficaces.   La verdad es que el resultado no depende tanto de la técnica, sino de disponer de mapas actualizados ya que el animalito funciona con los datos que tiene almacenados y que conviene actualizar de vez en cuando.

Así que hace ya algún tiempo me hice un regalito y me agencié un navegador.   Creo que es la mejor compra que he hecho en cuanto se refiere al tema automovilístico y pienso que debía venir de serie en todos los vehículos ya que su precio ha bajado notoriamente, por lo que ya no supone una gran inversión.   Pero eso ya es otra historia.

El asunto es que el aparato dispone de una ventosa para situarlo en el parabrisas, pero ahí queda muy lejos de la mano, pierdes un poco de visibilidad frontal y además es presa de los reflejos que dan en la pantalla y que impiden una visión adecuada muy útil sobre todo en el paso de rotondas pues de un golpe de vista ya tienes claro cual es la salida que interesa.   Además la ventosa no resulta muy fiable ya que cuando menos te lo esperas se despega y te pegas el susto padre viendo como el aparato va rebotando hasta llegar al suelo.

Así que dándole vueltas a mis necesidades me puse a dar vueltas a las posibles soluciones, fruto de las cuales nació este soporte.





Como no podía ser de otra forma, en madera, ¡qué le vamos a hacer!, es lo que me gusta.   Así que nada, una nueva visita al depósito de reciclado de cajas de Navidad viendo como van menguando mis existencias hasta la próxima Nochebuena, en que los afortunados serán obsequiados con nuevos lotes navideños desprendiéndose luego de su, para mí,  valioso envoltorio.




Aquí se puede ver el despiece del soporte.   La parte principal consiste en un habitáculo para el aparato, con la parte trasera forrada en foam, que bascula en un eje horizontal con su correspondiente tuerca de mariposa para fijarlo a un marco trasero, más otro marco delantero que impide la caida hacia delante del aparato a causa de algún bache, que aprovecha el orificio inferior correspondiente al paso del cable de alimentación para bloquearse también con una tuerca de mariposa. 



Para evitar andar poniendo y quitando el aparato para su encendido y apagado, le abrí una ventana superior que da acceso al botón, así como unas aberturas traseras para facilitar la aireación del aparato.

En esta toma trasera se aprecia también la bisagra de piano que sujeta el receptáculo al marco trasero, que posibilita la orientación adecuada.   Asimismo, también se observa la pinza con la que el conjunto se sujeta a cualquier rejilla de salida de aire del auto (para este fin he reutilizado la pinza de un ambientador de auto ya agotado).




En las dos imágenes anteriores se observa todo el conjunto ya montado.




En esta toma lateral se aprecia la posibilidad de bascular todo el conjunto en caso necesario, así como el vuelo de la cubierta superior.   Todo ello con un único objetivo:   eliminar reflejos y sobreiluminación sobre la pantalla en conducción diurna.

Y por último, el montaje en el salpicadero, aprovechando una salida de aire junto al volante, que deja el aparato lejos de los reflejos del parabrisas, mucho más cómodo cerca de la mano (aunque nunca se debe manipular mientras se conduce y lo digo en serio).

Aunque cumplen bien su cometido, no me termina de gustar el aspecto de las tuercas de mariposa en el conjunto, así que no descarto fabricar unas en madera o adquirirlas de plástico, pero de momento este es su aspecto.

Asi que (con independencia del asunto de las tuercas) ahora sólo falta darle un acabado, aunque estoy dudando entre respetar su aspecto natural con algún protector transparente o integrarlo con el color del salpicadero.   ¡Se admiten sugerencias!