A TRABAJAR

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Mi estupendo taller-cocina

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martes, 1 de noviembre de 2011

COCINA NUEVA

Rosa, mi mujer, ya lleva tiempo queriendo cambiar los muebles de cocina.   Ya casi la tenía convencida para cambiar sólo las puertas que, por supuesto las haría yo, pero uno no siempre es dueño de lo que puede hacer en su vida.   Un problema de salud me obligó este verano a quedarme en casa en vacaciones, asi que de perdido al río.   En vez de enfrascarme con las puertas que al fin y al cabo iban a ser un remiendo nuevo para algo viejo, nos fuímos al taller de madera donde hago las compras para proyectos grandes,.   Entre mi mujer y mi hija eligieron unas puertas y ajustamos un precio aproximado.   Un par de días después ya tenía preparado el diseño completo y los módulos que necesitaría.

No voy a colgar fotos del proceso porque montar módulos de cocina en kit no tiene ningún misterio, pero es que tampoco vale la pena ponerse a fabricarlos uno mismo porque el precio no lo merece y ya te vienen mecanizados, con lo que montar el módulo supone 5 minutos mal contados.

Así que dejo algunas fotos del resultado final, por si vuestra moza también anda a vueltas con su cocina y andabas dudando entre hacertelo tú mismo o encargarlo, porque en cuanto al precio no hay color y el resultado creo que no desmerece respecto al de un profesional.


En medio de estos dos módulos me permití una licencia de carpintero y construí un módulo con lejas para poder lucir los tarros de legumbres que desde que nos casamos estaban guardados y merecían mejor lugar en la cocina.   Además esto me dio pie a repetir el hueco en la parte de abajo y poder situar en él dos banquetas (y un lugar exento de muebles donde situar algún que otro acople para mis trabajos, como la mesa de fresado, la mesa de la sierra de calar o el tornillo moxon).

Ya puestos, en el apartado de peticiones "yaque" (ya que te pones podías hacer también ...) cambiamos el sistema de iluminación.   Fuera las dos regletas de fluorescentes y adelante dos focos down light, uno  en cada punta de la cocina.   Ahora el problema es que dan tanta luz que parece que sea de día.


Algunas piezas también las he fabricado yo, como ésta que separa el mueble de la campana extractora.   Además tuve la suerte de encontrar pintura prácticamente igual al color de las puertas, asi que pasa desapercibida.   Si no, la alternativa es acudir a una tienda de pinturas con un frente de cajón como muestra y te sacan el color practicamente igual.   Y si esto no convence, siempre puedes poner algo de color metálico que casi siempre queda bien.   Como veis, se aprecia un desnivel pero es porque la campana está algo tocada, aunque todavía funciona bien y no le toca el cambio todavia.   Cosas de la crisis.   En cuanto al color de la foto es culpa de la cámara que a veces cobra vida propia y hace sus propios ajustes para ponerte a prueba (y casi siempre gana).

Este módulo es un gavetero con cubertero.   Lo muestro porque montarlo siguiendo las instrucciones que venían con las guías de los cajones fue un verdadero juego de niños.   No hace falta ninguna experiencia para conseguir un resultado 100% profesional.   Vienen con un plano con las medidas acotadas donde situar las guías y luego el propio cajón lleva dos ruletas, una para el ajuste vertical y otra para el horizontal,  o sea que lo dejas fino.   Si has montado algún juguete con tus hijos el día de Reyes estás sobradamente capacitado para esta tarea.

En los módulos bajos y como ya he hecho en algún otro mueble de cocina, prefiero eliminar las baldas que traen de serie y ponerles cajones extraíbles que facilitan mucho el trabajo de andar cojiendo lo que queda en la parte de atrás.   Para ser honestos, en primera instancia monté las lejas para ver que tal resultaría, pero tras unos días de uso y habiendo tenido ya esta comodidad en la cocina antigua, las lejas salieron pitando para dar cabida a los cajones.

Esta es la visión con las dos puertas abiertas.   Se podía haber hecho de aglomerado, pero un servidor tiene su corazoncito de carpintero y un poco de madera no le hace daño a nadie.
Así que ahora ésta es la apariencia del nuevo taller-cocina.   Ha desaparecido la mesa y en su lugar ha aparecido una bancada, pero ya ando trajinando nuevos proyectos en ella.   Como veis el bote de tomate sigue compartiendo espacio con la cola de carpintero, y el enchufe que alimenta el microondas sirve también para la ingletadora, pero esa es la esencia de mi taller.