MECANISMO PARA SACAPUNTAS

No hace mucho durante una cena, nuestra amiga Manoli, profesora de infantil, nos comentó que pasaba bastante tiempo los fines de semana sacando punta a los plastidecor de sus alumnos, y eso no era lo malo, sino el dolor en la muñeca por el trabajo necesario para afilar esas pinturas que además resbalan bastante, asi que puestos a pensar en disminuir sus  molestias y el tiempo de trabajo extra, nació esta criatura.

El funcionamiento de la máquina es bastante sencillo:  una estructura fija en la que se inserta un eje central, sobre el que se dispone de un lado el sacapuntas y de otro la manivela que acciona el conjunto.   Para darle mayor estabilidad conviene sujetarla a cualquier superficie de trabajo con un par de sargentos pequeños.   Lo más delicado fue hacer coincidir el eje de la máquina con el eje del agujero útil del sacapuntas (aunque es un modelo doble sólo se utiliza uno de los  agujeros).    

Para proteger la madera he optado por un barniz tinte que le da un aspecto de máquina antigua por si no apetece esconderla después de cada uso (a mi me parece sacada de un antiguo baúl, pero igual es pasión de padre).

La ventaja de la máquina parecía obvia, sacando punta en la forma habitual cada gesto de la muñeca se corresponde con un cuarto de vuelta del sacapuntas, mientras que dar una vuelta de manivela equivale a una vuelta completa de sacapuntas, siendo el moviminento además más cómodo y natural.

Pero como es natural, todo proyecto precisa de una evaluación realizada por un profesional cualificado.   El órgano fiscalizador dio su total conformidad (de otra forma se hubiera quedado sin paga semanal).



Y esta es la pequeña gran historia de mi modesta pero eficaz máquina sacapuntas, nueva habitante de la casa de Pepe y Manoli.   Por cierto, la madera ha venido desde China, ya que aproveché los restos de un embalaje de esa procedencia, así que bien podemos decir que es un sacapuntas "de los chinos".